La República de Honduras, cuenta con uno de los himnos más largos de todos los países del mundo. Con mucho orgullo para mis maestros, amigos, ex compañeros de la primaria, egresados, y actual profesores de la prestigiosa, Escuela Benigno Augusto Estrada, en Puerto Cortes. Esta anécdota, va dedicada a mis amigos, ex compañeros de la primaria, egresados, de la Escuela Benigno Augusto Estrada, en Puerto Cortes, a todos los porteños y hondureños dentro y fuera del territorio nacional.
Durante los años 1970, 74, para poder graduarse o egresar del sexto grado “de la Benigno,” a pesar de tener buenas notas escolares, matemáticas, ciencias, ciencias sociales, ortografía, etc. También tenías que cumplir con el requerimiento de estudiar aprender y saberte el himno nacional en su totalidad.
Todas sus siete estrofas y el coro… y luego la explicación detallada de cada uno de estas estrofas y el coro. Si no te aplazaban y tendrías que repetir el grado, o pasar estudiando el mes de diciembre para volver a tomar los exámenes en enero, sacrificando así todas tus fiestas navideñas.
¡Era una cosa así de seria! Les comento que yo estudié tan bien, no porque era un buen estudiante, pero si era muy orgulloso de mi madre y sus esfuerzos, de mis maestros o profesores que tanto se habían sacrificado ese año, entre la muerte del accidente en su motocicleta de mi querido profesor, Riera, luego el embarazo de la profesora O’niel y el tremendo destructivo huracán Fifí, cruzando el país dejando miles de muertes a su paso y destruyéndose vidas, cosechas bananeras, tras un desastre que jamaqueo al territorio nacional hasta las raíces.
Pero el himno me lo aprendí, en su totalidad y aún hoy día lo puedo recitar de memoria, todas las 7 estrofas, coro y cada u a de sus explicaciones de los símbolos patrios. Aunque el país había caído, fuese cual si Dios me indicará que nuestra juventud era vuestro futuro.
Años más tarde después de la tragedia y destrucción del huracán Mitch, entre nosotros los hondureños, puertorriqueños y otros amigos latinos, nos organizamos a fundar el Honduras Relief Comité de Connecticut, para recaudar fondos y suministros a enviar para Honduras y apoyar a nuestros hermanos, paisanos en su tragedia, pérdida y dolor y fue un éxito en su totalidad.
20 años después del 2018, notamos la posibilidad de poder unirnos con otros hermanos vecinos centroamericanos y así poder crear una fuerza mayor fructífera, dado de nombre, The Central American Committee, claro dado a mi nueva localidad y nueva residencia en la ciudad de Nueva York, ya no podría participar a las reuniones como se esperaba… lamentablemente tuve que retirarme. El año siguiente, 15 de Septiembre del 2019, se celebraba el primer evento, con el izamiento de las banderas, los himnos nacionales, poesías, etc. Donde tuve la dicha y honor de declamar mi poema, El Emigrante.
Sobre todo se llevó acabo la presentación de la película Morazán, con el invitado de honor, Dr. Hispano Durán, Catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, cineasta y director de la película.
La película se presentó en la Universidad de Trinity College, en Hartford Connecticut, dirigido por nuestro buen amigo, paisano y colega, el Dr. Darío Euraque, profesor de la misma universidad.
Después de la presentación de la película, nos reunimos todos en un salón amplio de la universidad a festejar con comidas vinos y refrescos, el honorable alcalde de la ciudad, senadores, estatales y a nivel nacional presentes. Comenzaríamos con los himnos de cada país, Honduras tomaría el primer lugar, lamentablemente uno de nuestros miembros, quien es costarricense y no sabía distinguir entre las 2 versiones del himno nacional de Honduras, una corta con su primera, segunda estrofa y el coro, cuál es mayormente empleada en presentaciones populares, deportivas, etc. Y la otra oficial cuál se dedica en congregaciones serias, diplomáticas, patrióticas.
Resulta que nuestro colega, tico, quien es DJ profesional, puso la versión larga, todos estábamos cantando jubilosamente y luego se nos viene esa tercera estrofa, cual nadie sabe porque no es la versión popular. De manera que este humilde caballero porteño, egresado de la escuelita divina, querida y muy amada por todos quienes cruzaron sus pasillos, ¡si me la sabía! Todos callados mientras yo seguía cantándola con solo mi voz casi ronca porque la canté con tanto amor, respeto, y honor hasta el final.
Y es así sin ofender a nadie ni faltarle el respeto a nadie pude mantener el nombre de Honduras en alto en el extranjero, cuál si fuese, simbólicamente, el no dejar caer la bandera y permitir que pisara el suelo extranjero, sobre todo, recordaba con mucho, mucho amor y cariño, e inspirado por todos los maestros y compañeros quienes recuerdo y aún llevo muy dentro de mi corazón.
Tal dedicada educación en música brindada por nuestros maestros quizás sería la inspiración y motivación a que un día soñara con llegar a ser escritor y compositor de música. Hoy cuento con 9 textos publicados y 5 álbumes producidos de música original.
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